Qué rápido fastidian los versos,
es más fácil escribir sin rimas, sin ramas.
Pero me bajo de una y me subo en otra;
presiento que un día me voy a caer
como caen las hojas,
con la verdad encontrada y el verdor perdido.
Todo en mí vacila entre el desnudo, el deseo y la tristeza.
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