lunes, 29 de junio de 2009


He soñado con el Viento
queriendo arrebatarme tres globos de colores
y con mis manos
los he llamado de regreso.

También he soñado con el Hielo.
Paredes altas de vidrio congelado.
Bajando a un subterráneo,
me ha dado castañas en los dientes.

viernes, 26 de junio de 2009

Un sueño



Tú, un vampiro
enseñándome a levitar
(¿pero por qué no puedo
si sé hacerlo desde hace tiempo?).

Se lleva a cabo un secuestro filial
por otros como tú.

Sintonizando frecuencias de estática,
tratamos de localizar
en donde está mi sangre.

Flotamos en la búsqueda
del miembro familiar faltante.
Tú me ayudas,
aún me pesa el cuerpo al levitar.

Salimos del jardín,
subimos las bardas,
Buscamos.

Gente aquí y allá se extraña de vernos.

Al fin encontramos
un lugar al Este.
Una iglesia subterránea.

Entramos.

El temor nos embarga.
Bajamos las escaleras
y desde el descanso
vemos la capilla,
elegante
en madera y flores frescas.
Pero lo que se oculta
no es tan fresco...

Formados en dos filas
hay otros de tu especie,
pero no son como tú:
No tienen voluntad
igual que ella.

Logramos sacarla
y las dos filas de damas
envueltas en gasas moradas
y caballeros de traje,
se abalanzan sobre nosotros,
pero les adelantamos
unos pocos pasos.

Ella nos dice que para salir
debemos desnudarnos
y, ya fuera,
vestirnos rápidamente.
Lo hacemos con gran esfuerzo...
No así otras personas
que estaban cerca.
A ellas las llevan
al fondo de nuevo.

Despierto
y en una enorme coincidencia,
te encuentro.
Te digo que te he soñado
que te vi con una chica
de ojos y pelo dorados
de aspecto triste y común.
En seguida la encuentro a tu lado.
No te sorprende
y me hablas de nuestro viaje.


Abro la ventana de rodillas.
Aún tengo mangas cortas
y monos sobre el cuerpo.

Extiendo mis codos hasta su punta
rozando con mis huellas
digitus-digitalis
la brisa de hielo atenuado.

A lo cerca hay un conejo
y respiro de esa lámpara
de naranja transparente.

Tiembla el verde mientras puede;
en poco se sofocará.

Escucho pocos
de la especie tempranera.
Pero los que me gustan
no se escuchan
y se levantan más tarde.

Aquí viene uno
o más bien una,
de lengua dulce
y exterior tornasolado.

Localiza a su amante de lava
y, con la boca apretada de beso,
le bebe las entrañas.

martes, 16 de junio de 2009


¡Qué mala pata la mía!
Debe ser que no soy conejo,
que si lo fuera, tal vez me seguirías
quizá con la escopeta,
dispuesto a volver conmigo a casa.

Pero tu obsesión no es la caza;
por lo menos, no en mi bosque...
Sospecho que prefieres
la pesca en hielo,
o mejor, la pesca de un hielo,
mutable como ella sola.

Qué pena ser un conejo
o tal vez no serlo...
Más pena no estar congelada.
Al menos así no correría
tan ágilmente de tus manos,
esperaría como ella
unos minutos
dejándote creer que se queda
que me quedo
que nos quedamos.

Pero al final te darás cuenta
de que el hielo se derrite
y se rueda entre los dedos.

miércoles, 10 de junio de 2009


-¿Qué sentimiento
me embarga ahora?-
Me interrogo,
para hacerte un poema.

Por saber de tí
hace un momento,
sentí agolparse la sangre
en mi cabeza.

Se me cayó la fuerza de las manos.
Traté de levantarla,
pero la sonrisa de oreja a oreja
me lo impidió;

me aflojó los brazos
hasta las piernas
y me obligó a sentarme.

Pero eso fue hace un rato,
uno no muy grande,
uno no muy corto...

Pero ahora no sé qué siento.
Hay cosas que evolucionan
más rápido que la materia.



Cuando se me duermen
mariposas en las manos,
a veces, la mente me aletea.

No te voy a contar
de mi lengua en tu boca
ni de la región perdida
entre nuestras pieles anfibias.

No te voy a decir nada
de nuestros torsos desnudos
o tu pecho caliente
y mis pezones fríos.

No voy a decir que te amo
con toda el ansia
de mis labios abiertos,
de mis ojos abiertos,
de mis rodillas a tus costados;

ni te veré de frente
mientras te llamo sin abrir la garganta
en uniones sin riesgo
de placer multiorgásmico
e inalámbrico
y no fálico
pero igual de real.

lunes, 8 de junio de 2009

Fantasía


¡Malditos sean todos los poetas!
Crean castillos con su aliento,
reparten lisonjas
con su traicionera lengua,
abundantes como gotas de agua...

Y Una cree tontamente
que sólo Una se moja.

Debieran dejarlos ciegos
para que el amor
no se cuele por sus ojos.

Sordos,
para que las palabras dulces
no incendien sus excitables mentes.

Vulnerable mujer,
sálvate.
Aleja toda pluma de sus dedos;
mantente feliz,
evitando su existencia.

No permitas
que sigan construyendo
mágicos castillos,
para luego derrumbarlos
sobre sus crédulas presas.



¡Qué miedo me da
no desearte a diario!

domingo, 7 de junio de 2009


Quiero escribir un poema esta noche,
pero la inspiración se me va cuando llega el bienestar...