martes, 14 de julio de 2009


Del sueño con que Eros me tortura,
toma por favor un trozo.

Tengo miedo de oir
mi voz en poesía.

Me come la tensión de verla
temblorosa y vulnerable,
ver el hilo rojo del acento
a punto de quebrarse.

Temo equivocar
mi propio texto,
mi propia sangre,
mi vida y mi sentir.

Jugando,
el Sol
me ha puesto
los senos
como mejillas de fruta:

colorados,
manchados de pecas,
ardorosos
y maduros.

lunes, 13 de julio de 2009

Sueños de huapango II


También érase un puestecito
con flores y yerbas de olor:
"¡Pase, pase marchantito;
tizanitas pal dolor!"

"Mejorana, manzanilla,
marihuana, yerbabuena.
Todo lo que usted pida
será dado sin reserva".

Sueños de huapango I


Érase una culebrita,
de agua al parecer,
y decidió su cabeza
de su cuerpo desprender.

Y así vivió un tiempo
y como era de esperar,
más que vivir fue muriendo
enflacando más y más.

Compadecida una niña
que amaba a la viborita,
juntó las dos partes,
y ya muy agradecida,
se fue a recorrer el mundo
como le correspondía.

Por qué será
que cuando quiero
pensar en ti
nunca me humedezco,

y cuando te veo
no puedo dejar
de humedecerme.

Hago una pausa de reflexión
y descubro:

Me he vuelto una monja
(susto-decepción).

Vaya estupidez.
Me resigné ya a una vida estable;
yo no soy así (horror-horror).
Qué pasó con esa puta divertida
que habitaba mi exterior.
La sometí tanto que se ahogó.
Se volvió un animalito insulso
con grandes ojos y vello suave
(tristeza-indignación).

Y cada vez
que quiere pasear la puta,
una risa (nunca propia)
la detiene
y le pellizca un muslo
mientra reprocha su nombre
(siempre propio).

¡Qué aburrida estoy!


Atención lector:

Este no es un poema.

Viniste a mí en sueños
(¿o fui yo a ti?)
para avisarme
que llegaste bien
a tu destino.

Y te pregunté
por qué no me habías
avisado antes,
que no pude dormir bien,
que desperté varias veces
(es cierto),
que me daba gusto verte.

Ahora estoy más preocupada.

¡Cómo duelen los hijos!
Y eso que aún no los tengo;
¿será que ya no los deseo
o sólo es una temporada?

sábado, 11 de julio de 2009


Dulces formas de Mujer de Tierra
con todo y tus palomas
que te rodean las cimas,
muestras tu encanto
con redondez de arbustos
y en suave ombligo
mi pensamiento ondeas.

Méceme en tus brazos
y húndeme en tu centro.
Deja caer en mí
tus terrosas piedras...
No dejes
que despierte de mis sueños.