miércoles, 10 de junio de 2009


No te voy a contar
de mi lengua en tu boca
ni de la región perdida
entre nuestras pieles anfibias.

No te voy a decir nada
de nuestros torsos desnudos
o tu pecho caliente
y mis pezones fríos.

No voy a decir que te amo
con toda el ansia
de mis labios abiertos,
de mis ojos abiertos,
de mis rodillas a tus costados;

ni te veré de frente
mientras te llamo sin abrir la garganta
en uniones sin riesgo
de placer multiorgásmico
e inalámbrico
y no fálico
pero igual de real.

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