miércoles, 9 de diciembre de 2009

¿Sabe usted?


Me sonrojo cuando pienso en él
y cierro los ojos emocionada
por saber que él también me quiere
y que me da de sí mismo
todo lo que quiero tomar
me lo da con los brazos abiertos
con el cuerpo abierto
con la mente llena...
y yo lo escucho con atención
y le pego el cuerpo
por ver si le aprehendo algo,
por ver si el calor de su cuerpo
se me enreda a la piel...
y entonces, de repente,
me encuentro sumergida en un mar
colmado de sensaciones que me acarician,
que me lamen los oídos
con música deliciosa,
con palabras ardorosas,
y me llenan la mente de historias bellas,
que me sensibilizan,
y me llenan el ser de su tacto,
de la presión de sus dedos
que me tocan toda,
de la aceleración de su peso sobre mí...

Lo quiero a él, ¿sabe usted?
y quiero todo aquello que sabe,
todo aquello que lo ha formado,
incluso podría querer a todas sus mujeres
(aunque me den celos),
porque también de ellas ha aprendido,
porque con ellas ha practicado
y ha preparado el momento de enseñarme...

Él dice que le gusta que me acomode en su cuello,
pero no sabe que no lo hago por él,
sino, de una manera enteramente egoísta,
me le aferro para sostenerme de su aroma
para incorporarlo a mí
para que quede en mí su existencia
marcandome la vida cada vez mejor,
cada vez más profundo...

No se imagina cuánto lo deseo,
y que en la delicadeza de cada abrazo,
en el acercamiento de nuestros pechos,
busco dejar en él
depositadas mis ansias de derramarme sobre su vida
sin más pretensiones que la de sentir y apresar
cada instante compartido con él,
la de ser mejor o peor
por haberlo suspirado...

Quisiera escribirle algo que lo llenara
de las mismas cosas que siento yo,
sólo por compartir lo maravilloso de esto,
quisiera poder transmitirle
lo que tan torpemente expreso,
tan breve soy y tan cortas mis palabras,
pero, aún si tuviera en mi poder todas las palabras,
no creo que pudieran contener
la extraordinaria emoción que me provoca,
la turbación que me causa su mirar
su mirarme,
que sin lentes, se profundiza
y se me antoja prendada
de algo que me vio o presintió,
con sus pupilas que se ocultan
con su iris claro
y el marco nevado...

¿Le hablé ya de sus besos?
Qué mutables son, pero siempre me saben bien...
son delicados a veces
y entonces me quedo quieta para dejarlo saborear
mis labios,
para que tome de mí lo que desee, lo que le apetezca
y brindarle generosa mi deleite;
otras veces son voluptuosos,
penetrantes
que me abren
que me parten el hermetismo de la boca
y me introducen su avidez de sexo
y me comunican su lengua sedienta;
a veces vienen en lluvia
y hacen que me moje,
por la tierna fuerza que tienen impresa
y en ellos me dulcifico y me disuelvo...

Esta noche dormiré
soñando con su suspirar sincronizado al mío
con sus piernas perfectas
y su pecho fuerte de respiración acompasada
con sus brazos que apresan más de lo que supone,
con la delicia de su completo ser.

4 comentarios:

VampirE ANeXO dijo...

cuando te tomaste esa foto?

nosequien dijo...

la foto retrata cómo me siento, no mi cuerpo físico...

nosequien dijo...

¿Ya investigaste macho culebra?

VampirE ANeXO dijo...

Lo siento, no podia irme sin comentar este. Simplemente es hermoso, me encanta. Refleja tanta inocencia, un amor tan puro, es tan exacto, tan wow.
Creo que es el que mas me ha gustado de lo que he leido de ti.
Ahora si, adios para siempre jajaja